Creo en un solo Dios Padre todooderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesuscristo,
Hijo único de Dios,
nacido del Padre antes de todos los siglos;
Dios de Dios, Luz de Luz,
Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado,
de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros, los hombres,
y por nuestra salvación, bajó del cielo
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado;
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia,
que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, Su único Hijo,
nuestro Señor, que fué concebido por obra y gracia del Espíritu Santo;
nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fué crucificado, muerto y sepultado.
Descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso, y desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo, en la Santa Iglesia Católica, la comunión de los Santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida purdurable.
Amén.
Padre nuestro, que estás en los cielos,
santificado sea Tu Nombre.
Venga a nosotros Tu reino.
Hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Dános hoy nuestro pan de cada día, y perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Y no nos dejes caer en la tentación,
mas líbranos de mal.
Amén.
Dios te salve, María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo;
bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.
Oh mi Jesús, yo creo que estás en el Santísimo Sacramento.
Yo te amo sobre todas las cosas, y te entrego mi alma.
Ya que no puedo recibirte ahora sacramentalmente, ven por lo menos espiritualmente a mi corazón.
Como si realmente vinieses, yo te abrazo y me uno enteramente a Tí; jamás permitas que me separe de Tí.
San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha;
sé nuestro amparo contra la maldad y asechanzas del demonio.
Hágale sentir Dios su poder, como humildemente pedimos;
y tú Príncipe de la milicia celestial, arroja a los infiernos, con tu virtud divina, a Satanás y demás espíritus malignos, que andan por el mundo para perder las almas.
Amén.